CELOMA
Primera Parte
LOS TRIBLASTICOS CON CELOMA
En los metazoos celomados, en los que, además del ectodermo y del endodermo, aparece una tercera capa u hoja celular fundamental, el mesodermo, es típica la presencia de una cavidad general secundaria o celoma, que les da el nombre. La aparición de estos elementos abre a los celomados enormes posibilidades evolutivas de organización. En estos animales, la simetría radiada primitiva -que presentan los celenterados pasa a ser bilateral, y el gastrocele o cavidad digestiva pasa a ser un tubo digestivo, con dos aberturas, la boca y el ano. Por el hecho de presentar tres capas de células blastodérmicas, se llama también tribásicos a estos metazoos. En estos animales se desarrollan órganos, aparatos y sistemas diferenciados para realizar las diversas funciones vitales. En los celomados se alcanza el nivel superior de organización.
Dos aspectos principales hay que destacar en la organización de los celomados: la diferenciación de los tejidos y la diferenciación de las regiones y órganos del cuerpo . La primera cuestión es previa a la segunda. La estirpe celular germinal, localizada en las gónadas u órganos reproductores, da origen a los gametos. La estirpe celular somática es la que forma el cuerpo y la que diferencia y origina los tejidos de éste. Fundamentalmente, en los celomados hay dos tipos de tejidos: los epiteliales y los mesenquimáticos. Los primeros son los mas arcaicos, puesto que son los que antes aparecen en el embrión, y sus células están polarizadas, con un extremo en contacto con el mundo exterior (por cuya razón se denomina polo mundial) y el otro en relación con el medio interno (polo basal).
Los epitelios son los únicos tejidos que pueden recibir estímulos del medio externo, y por ello los elementos sensoriales y nerviosos son próxima o remotamente de origen epitelial. De las células epiteliales se originan las neuroepiteliales, y de éstas las neuronas. Igualmente, se originan células mioepiteliales que son las predecesoras de las fibras musculares. Las células epiteliales son las únicas que pueden presentar formaciones cuticulares u ondulópodos (cilios o flagelos), así como tener función secretora o absorbente. Los tejidos mesenquimáticos, llamados también parenquimáticos, son internos y nunca se comunican con el exterior sino que están limitados o envueltos por los epitelios.
Sus células no están polarizadas, no reciben estímulos externos y ordinariamente son ameboides, es decir, pueden emitir pseudópodos, y a menudo formar plasmodios o sincicios. La substancia intercelular en este tejido juega un gran papel, como sucede con el conjuntivo, el cartilaginoso, el óseo y otros. Forman estos tejidos, en general, elementos de sostén o de conexión; pero también contienen elementos de gran actividad, como las células hemáticas y plasmáticas La diferenciación de regiones y órganos es el siguiente gran paso estructural que se opera en los animales celomados.
Anatómica y topográficamente se distinguen en ellos dos regiones fundamentales: la parietal y la visceral, separadas por la cavidad general. La región parietal constituye la pared del cuerpo y puede estar más o menos desarrollada, interviniendo en su formación elementos del ectodermo, del mesodermo y mesenquimáticos. En ella se hallan los tegumentos y derivados, la musculatura somática y las formaciones conjuntivas o esqueléticas correspondientes, cuando estas se hallan presentes. La región visceral o asplácnica corresponde al tubo digestivo y sus dependencias, es decir, a las entrañas del celomado. En su formación intervienen el endodermo y el mesodermo, y asimismo los correspondientes elementos mesenquimáticos. El epitelio intestinal, la musculatura subsiguiente y las formaciones conjuntivas que los acompañan constituyen los principales elementos estructurales de esta región.
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